Los megabuques y su impacto potencial

24 de noviembre de 2016Noticias

Hace apenas una década, era habitual ver buques de entre 2.000 y 4.000 TEU (unidad de contenedor equivalente a 20 pies) de múltiples líneas de transporte que cruzaban las rutas comerciales de todo el mundo. Para eso se construyeron muchas terminales portuarias estadounidenses, pero los tiempos están cambiando. Las consolidaciones de los transportistas, las alianzas marítimas y los acuerdos de reparto de la carga han dado lugar a un menor número de buques, pero más grandes, que hacen escala en las terminales portuarias transportando cantidades masivas de carga. Los megabuques, capaces de transportar entre 8.000 y 14.000 TEU, eran un espectáculo hace unos años, casi una novedad, pero ahora se están convirtiendo en la norma.

Su gran capacidad de contenedores y su mayor eficiencia en el consumo de combustible (combustible para un solo barco frente a varios) han supuesto un aumento de la eficiencia en los costes para las líneas de transporte, pero ¿qué pasa con los demás? ¿Cómo deben prepararse las terminales portuarias estadounidenses para esta afluencia de megabuques y qué impacto tiene esto en el sector del transporte marítimo en su conjunto?

Nuestras terminales necesitan un lavado de cara.

Los megabuques están cambiando los requisitos de infraestructura de las terminales portuarias de todo el país y les obligan a replantearse las operaciones portuarias, la contratación de mano de obra y la disponibilidad de equipos.

Los puertos más pequeños, que no están acostumbrados a estos enormes buques, no tienen la profundidad de agua necesaria para permitir que estos barcos hagan escala. Muchos han invertido en el dragado de los puertos, un proceso para eliminar los sedimentos de la vía navegable, profundizando así el paso y permitiendo la llegada de los megabuques. Costoso, pero un avance necesario.

Las terminales necesitarán más espacio de atraque y astillero y equipos actualizados para poder manejar eficazmente las nuevas capacidades de los megabuques. Muchas grúas buque-tierra miden aproximadamente 133 pies desde el suelo y 5 pueden trabajar con éxito con un buque de tamaño normal. Sin embargo, cuando un megabuque de 18.000 TEU hace escala, esas grúas se quedan obsoletas. Por ello, muchos operadores de terminales han encargado grúas súper post-Panamax capaces de trabajar con buques con contenedores apilados a 11 alturas en la cubierta. Se necesitan 8 ó 9 de estas grúas para trabajar con un megabuque de ese tamaño. A medida que aumente el número de megabuques, se necesitarán más grúas de este tipo para trabajar más rápido con los buques y mantener el ritmo de la productividad prevista en las terminales. Esto supone un enorme gasto para cualquier terminal portuaria, sea cual sea su tamaño.

El tiempo es dinero.

A medida que aumenta el ritmo de producción de megabuques, también lo hace la necesidad de invertir en nuevas grúas capaces de manipular estos buques y en trabajadores más cualificados para manejar el equipo. El trabajo relacionado con las grúas y la descarga/carga de los megabuques debe realizarse de forma muy detallada y tediosa para optimizar el espacio. Los trabajadores tienen que estar altamente cualificados y tener experiencia en un determinado nicho para manejar correctamente las grúas y trabajar en el gran buque.

Los megabuques traen consigo aumentos de carga y cuando varios buques hacen escala (una práctica denominada vessel-bunching) no sólo ponen a prueba el equipo, sino también los recursos laborales disponibles en las terminales, lo que acumula costes en todo el sector de la cadena de suministro. Por ejemplo, cuando un buque de 14.000 TEU hace escala en el puerto de Los Ángeles-Long Beach y descarga/recarga el 80% o más de su carga, requiere de 3 a 5 días de atención en la terminal, se trabaja en dos turnos de 8 horas cada día y se utilizan de 5 a 9 grúas en total. Un solo barco absorbe gran parte de la mano de obra y los equipos disponibles en el puerto, pero ¿importa concentrar una cantidad masiva de carga en un plazo de tiempo reducido (en lugar de repartirla en varios días)?

El tiempo necesario para desamarrar y amarrar suficientemente el buque es otra consideración laboral. La trinca es la práctica de asegurar los contenedores apilados en filas en los barcos con barras pesadas para evitar que se muevan mientras están en tránsito. Los buques más pequeños necesitan aproximadamente 6 amarres para un viaje exitoso, pero los megabuques necesitan entre 40 y 50. Piense en la cantidad de tiempo y mano de obra que requiere este proceso.

¿Merece la pena?

Muchos líderes del sector han cuestionado el uso de los megabuques preguntándose si, al final, aumentan o disminuyen la productividad de las terminales portuarias estadounidenses. Es difícil de decir, sobre todo porque la carga de los megabuques se distribuye de forma desigual por nuestras vías navegables. Por ejemplo, los puertos de Los Ángeles-Long Beach y Nueva York-Nueva Jersey reciben el mayor número de cargas y tienen el mayor porcentaje de carga descargada/cargada en un puerto, tanto a nivel nacional como internacional. Con tanta carga de megabuques concentrada en sólo dos terminales, es difícil determinar los beneficios/pérdidas que estos enormes buques aportan al mercado en general.

Para entender hasta qué punto los megabuques pueden ser beneficiosos para el sector del transporte marítimo, será importante estar atentos a la terminal de Los Ángeles-Long Beach. Es el único puerto del mundo en el que prácticamente el 100% de la carga del buque se descarga al mismo tiempo. Esta terminal (y muchas otras en EE.UU.) necesita someterse a algunos cambios importantes de infraestructura para manejar eficientemente el aumento no sólo de la cantidad de carga presente en el puerto, sino del tamaño del propio barco. Todas estas inversiones necesarias tendrán un coste y está por ver quién acabará asumiendo el gasto. Si se aumentan las tasas de las terminales, ese coste puede repercutir en el cargador en forma de aumento de las tarifas, pero nadie lo sabe en un mercado tan volátil como el actual.

Independientemente de lo que ocurra, la comunicación se va a convertir en un aspecto crítico de las operaciones diarias. Las terminales deben abrir líneas de comunicación entre los transportistas marítimos, los BCO, los camioneros, los ferrocarriles y todos los sectores de la cadena de suministro para garantizar que los buques se gestionen con éxito dentro de un plazo ajustado y que se mantenga la productividad portuaria.

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